domingo, 5 de agosto de 2012

Aquellos viejos baños termales… (II)

Pedro B. Sabella

Continuamos con la exploración del valioso texto presentado en nuestro número anterior, en esta ocasión indagando en la información vertida sobre el clima y las virtudes de los baños termales, ancestral uso de los recursos naturales en pro de la salud. Esta vez hemos decidido respetar la ortografía de la época (tildación de preposición “a” y del conflictivo diptongo “ui”; uso de mayúsculas…) para darle mayor fidelidad al material presentado. Resulta pertinente hacer notar al lector atento, la finalidad pedagógica del autor plasmada en magnificadas descripciones de sitios cuyas cualidades desea subrayar y transmitir vivencias de espectador; por último, transcribimos las propuestas didácticas que el propio autor sugiere a los maestros de instrucción primaria.
Eduardo Paganini

Lección cuarta: VI. Clima y salubridad
Temperatura.
Bien examinado, el clima de Mendoza está sujeto á variaciones que dependen de los constantes fenómenos atmosféricos que se producen.
Si bien es cierto que, por regla general y dada la situación geográfica de la Provincia, el clima es templado, hay regiones, como las del Norte, en que la temperatura participa de los caracteres tropicales, mientras que al Sur el frío se hace sentir con todos sus rigores.
En ciertas y determinadas épocas, se han notado variantes anormales, llegando el termómetro hasta marcar 41º cent. en verano, y descendiendo á 50 bajo cero en invierno: anormalidades que no corresponderían á la latitud en que se halla Mendoza, pero que, felizmente, no se producen con frecuencia.
A pesar de todo, el clima es saludable, muy especialmente en las regiones andinas, donde el aire es purísimo, saturado de esencias medicamentosas y muy recomendado para los enfermos del aparato respiratorio.
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Lluvias. Son escasas, particularmente en invierno, y es, á no dudarlo, debido á ello y á la poca humedad atmosférica que el clima resulta sano y puro, pues de este modo no se desarrollan ni propagan los gérmenes de enfermedades infecciosas.
En la primavera y en el verano, es decir, en los meses de Septiembre á Marzo, suelen caer, aunque de tarde en tarde, copiosos aguaceros; bien que nunca suficientes para satisfacer las necesidades de los agricultores que, á no ser por el riego artificial, jamás podrían obtener resultados satisfactorios para el logro de sus esfuerzos.
Estas lluvias consiguen á lo menos ejercer poderosa influencia en la temperatura, modificándola, refrescando el ambiente y haciéndola soportable, sobre todo, en los bochornosos días del estío.

Nevadas. Sólo son frecuentes en la región montañosa. En el llano, á veces, por un raro fenómeno se producen. En cambio las heladas son frecuentes en invierno, y aun se nota el raro fenómeno de las llamadas heladas blancas de primavera, muy perjudiciales para la vegetación.
Las tormentas de piedra y granizo, tan continuas en los valles cordilleranos, son felizmente raras en el llano, aunque suelen producirse en ciertas épocas, causando el daño consiguiente en los viñedos y sembrados.

Vientos. En general no soplan vientos constantes, y los periódicos que corren no son violentos.
Sólo uno, el Zonda, el temible viento Zonda, que viene del N. ó del N. O., se presenta con los caracteres de un furioso huracán, acarreando nubes de polvo, quebrando, arrancando árboles y hasta techos.
Es un viento cálido que afecta á todo el organismo, produciendo extrema laxitud y que origina un notable descenso en la presión atmosférica.
Corre en los meses de Agosto á Noviembre, y su duración alcanza á más de 12 horas, en la mayoría de los casos.
Luego tenemos el viento S. que generalmente sigue al Zonda, y que es frío.
Soplan asimismo vientos del Norte y del Oeste; estos últimos son suaves frescos y agradables. No son vientos, son brisas andinas.
Contribuyen asimismo á la salubridad del clima de Mendoza las innumerables fuentes de puras y medicinales aguas y la no menos abundante cantidad de baños sulfurosos, ferruginosos, termales, etc. etc., diseminados en todo el territorio de la Provincia, á donde acuden millares de enfermos en busca de salud y de vida.
Asunto es este que merece capítulo aparte.

VII. Aguas minerales y baños
Pocas regiones habrán en la tierra, no ya en este lado del Atlántico, sino aun contando las del viejo mundo, donde puedan beberse aguas más puras, sanas y potables que en las innumerables fuentes que tienen su origen aquí, en territorio de Mendoza, donde las hay más eficaces que las de Krondorff, Vichí, Nocera-Umbra, San Pellegrino, Hungaria y otras tantas de fama mundial, por sus cualidades curativas, como consta por análisis practicados y por informes de celebridades médicas. Nos bastaría, para confirmar lo dicho, citar las fuentes de Villavicencio, Río Blanco, Boca del Río, Inca, de Peteroa, y muchas otras á las que luego haremos referencia.

Clasificación. El distinguido profesor señor Ulises Isola, director de la Oficina Química Provincial, en un reciente estudio hecho sobre este asunto, clasifica las aguas minerales provenientes de las distintas fuentes conocidas en la Provincia, del siguiente modo:
1. Aguas aciduladas, alcalinas ligeramente ferruginosas y alcalinas.
Fuentes: del Volcán «Peteroa» Baños del Azufre, departamento de San Rafael, del Yeso en aquel mismo departamento, y de Villavicencio en el departamento de Las Heras.
2. Aguas cloruradas, termales y frías.
Fuentes: Puente del Inca (termales), del Pan de Azúcar, Cajón Grande, El Peralito, Las Peñas, El Salado y Cacheuta,
3. Aguas sulfurosas.
Fuentes: La Cieneguita (San Rafael) Cacheuta (baño sulforoso[sic], minas de petroleo [sic]), Sosneao [sic] (San Rafael), Los Molles, (San Rafael) Aguas amarillas (San Rafael), Peralito (San Rafael).
4. Aguas sulfatadas, termales y frías.
Fuentes: Cerro Bola, (San Rafael) Borbollón (Las Heras), Corral, (Las Heras) Alto Verde, (Tunuyán) La Estacada, (Tunuyán) Cápiz, (San Carlos).
Viene después una lista interminable de fuentes y corrientes de agua absolutamente potable que conceptuamos demasiado extenso el detallar, dada la índole de la presente obrita.
No terminaremos, sin embargo, este capítulo sin hacer particular mención de algunos importantes establecimientos balnearios, cuya fama ha traspasado ya los límites de la Provincia.

Balneario «Puente del lnca». Hacia el O. de Mendoza y como á unos 160 kilómetros, poco más ó menos, en el valle denominado de Las Cuevas, existe un puente natural, admirablemente formado por la acción desgastadora de las aguas, en los bancos calcáreos, y debajo del cual tienen su nacimiento varias vertientes de aguas termales.
El puente, de forma elíptica, es de un sólo arco. Tiene 47 mts. de largo, de 8 á 30 mts. de ancho y de 8 á 9 mts, de espesor.
La altura, desde la parte superior del puente hasta el nivel del agua del río Cuevas, es de 6 metros 50 centímetros.
El puente está estratificado en todas sus partes, ofreciendo á la vista capas, de toba yesica. La base está constituída por los mismos depósitos calcáreos y yesosos del valle. El lado izquierdo del O. del arco del puente, abriga las fuentes termales y está cubierto de concresiones [sic] en forma de estalactitas, de las cuales gotea incesantemente el agua, dejando cristales de materias salinas.
La altura del «Puente del Inca» sobre el nivel del mar, es de 2.727 metros. Se llega á las fuentes de aguas termales, bajando hacia el río por el lado izquierdo del puente y al O. por un camino trazado parte en suave declive, parte por largas escaleras cavadas en las mismas rocas.
El primer baño, al penetrar en el puente, es el llamado «Venus», formado por una gruta de estalactitas blancas de muy pintoresco efecto, que es principio del arco del puente y que está resguardado de la intemperie por dos muros de piedra ordinaria, los cuales empiezan á recibir en su superficie interior una capa de concresiones [sic] salinas que acabarán por formar una pared natural y del mismo aspecto que el del fondo de la gruta.
La pileta cavada en medio de la gruta recibe el agua termal por medio de un chorro intermitente proyectado con fuerza hasta un metro 30 centímetros de altura, y que sale de la base de la bóveda natural con gran desprendimiento de gas ácido carbónico.
Sigue inmediatamente al «Venus», el «Champagne», así llamado á causa de la inmensa cantidad de ácido carbónico que desprende aquel baño y que viene á la superficie en borbotones efervescentes, blancos y espumosos, por un chorro de unos 30 centímetros de diámetro y treinta de altura, renovándose y girando sin cesar.
Nace al fondo de la pileta el chorro y también se halla el baño debajo, de una gruta no tan pintoresca como la anterior.
En la parte que mira hacia el río, hay una construcción hecha con chapas de fierro galvanizado para abrigar á los bañistas.
El «Champagne» tenía. 35º c. con una temperatura exterior de 19º c. el día de la observación. El ácido carbónico desprendido apaga una vela á setenta centímetros sobre el nivel del líquido, (observación hecha á primera hora, antes de ventilarse el baño).
La reacción de las aguas es alcalina. Toda el agua que sale del «Champagne» va por una canaleta a otro baño cavado en la roca y acomodado, en una pileta de forma rectangular, donde pueden bañarse cómodamente á la vez de 6 á 8 bañistas.
Para llegar á los otros baños situados más arriba del río, casi en la orilla, hay que descender algo más.
El primer baño es el llamado «Mercurio», y el último la Pileta de abajo, cuyas aguas tienen un color verdoso, debido á la profundidad de 1.20 m. á 1.30 m. de la pileta.
En ese punto, donde el río Cuevas choca con violencia contra las rocas de su lecho, las aguas que salen de las fuentes, las gotas que se desprenden de las bóvedas del puente, producen un ruido ensordecedor, el cual, junto á la magnificencia de esa obra maestra de la naturaleza, llenan de admiración al espectador. Fuera del puente y casi á pique sobre el río Las Cuevas se ve una fuente que sale de una roca de forma cónica, cuya punta está abierta en un orificio circular de unos cincuenta centímetros de diámetro. De este orificio brota agua que desborda al río.
Más arriba del «Puente del Inca» hacia el cerro, se nota otra fuente llamada «Karlsbadina»
De muchas otras partes, al lado, arriba y en las orillas del puente, brotan otras aguas frías, calientes, tibias, cargadas más ó menos de ácido carbónico y que se dirigen todas hacia el río Cuevas, como las de los baños.
Ellas depositan en su trayecto una toba calcárea y salina coloreada por listas amarillas, ocrosas, blancas, rojizas y verdosas.
Las aguas, como lo hemos dicho, forman concresiones [sic] y un gran número de estalactitas, en particular debajo de la bóveda del puente, donde existe una de aquéllas de bastante gran volumen.
El poder incrustante de estas aguas es aprovechado por los bañistas y los curiosos que colocan en ellas una infinidad de objetos que se recubren, en unos quince ó veinte días, de una capa dura de carbonato de cal, coloreada por peróxido de hierro.
La época en la cual son frecuentados los baños del Puente del Inca, es desde el mes de Diciembre hasta Marzo.
Después de las 12 m. se levanta diariamente un viento que dura de cinco á seis horas constantes; así es que conviene á los excursionistas que quieran visitar algunos puntos pintorescos, el aprovechar la mañana.
Mencionaremos entre aquéllos la laguna de los Horcones, situada en el valle del mismo nombre, con buena agua potable, Las Cuevas, La Cumbre, de donde se disfruta de un hermoso panorama, teniendo por el lado argentino el cerro de la Tolosa y por el lado chileno la cumbre del Juncal.
A media ladera de la cumbre, lado argentino, se presenta todo el valle que se puede distinguir hasta el Puente del Inca.
Entre los baños y Punta de Vacas, señalaremos la formación curiosa del cerro de los Penitentes que se aperciben desde el camino carretero.
Se puede viajar en coche desde Punta de Vacas hasta la Cumbre, por un buen camino, y se hallan comodidades en las fondas de Punta de Vacas, Puente del Inca y Cuevas.
El hotel de Puente del Inca cobra por día seis pesos y por cada baño cincuenta centavos(1).
El hotel no desmerece en nada á los mejores y muy lujosos de Mendoza; tiene cómodas habitaciones, amplios y lujosos salones comedores y de recreo; el servicio es esmerado. Estas reformas datan de muy poco tiempo á esta parte, pues antes no ofrecía el dicho hotel tales comodidades á los innumerables bañistas que lo frecuentaban.

(1)Ulises Isola. Estudios de las aguas minerales y potables de la Provincia de Mendoza.

Balneario de «Cacheuta» (Boca del Río). En el valle de Cacheuta, á 38 kilómetros de la ciudad de Mendoza en dirección al N. O., y siguiendo la línea del Ferrocarril Trasandino, se hallan situadas las fuentes termales de la Boca del Río, que dan origen á los baños del mismo nombre, y que surgen del lecho mismo del río Mendoza.
La temperatura de estas aguas varía de 37 á 45º centígrados. Su distribución se hace mediante una serie de casillas-piletas divididas en cuatro cuerpos de edificios, que reciben el agua ora mediante una canilla que a su vez la extrae de la fuente, ora de las vertientes mismas.
En uno de los cuerpos del edificio se ha construído en el fondo de una roca una amplia gruta para baños de vapor.
En otro cuerpo se ha construido una gran pileta de natación con capacidad para 567 hectólitros de líquido.
Las aguas servidas son arrojadas al río, mediante un sistema completo de cañerías.
Hay asimismo un confortable hotel montado á la altura de los mejores de Mendoza, con cómodos y amplios salones comedores, de recreo y habitaciones. A pocos metros del hotel se ha construído una hermosa capilla de piedra.
Una caritativa dama hizo construir próximas á los baños, una serie de habitaciones para los pobres que necesitasen recurrir ellos en busca de salud.
La proximidad de estos baños á Mendoza, la facilidad del transporte, las comodidades que ellos ofrecen y el hecho de estar abiertos todo el año debido á la agradable temperatura que en aquellos sitios se disfruta, hacen de Cacheuta el balneario preferido por familias de Mendoza, San Juan, San Luis y aun de las principales ciudades del interior y del litoral.
Las aguas de estos baños son recomendadas para la curación del reumatismo, tanto articular como muscular y visceral.

Baños de Villavicencio. Muy recomendados por celebridades médicas; las aguas de estos baños tienen notables cualidades curativas, especialmente para las enfermedades del estómago.
Vienen luego los baños del Borbollón, Lagunita, Corralitos, Cápiz, Lunlunta, Buenanueva, Los Molles, Padre Fierro, Chacay, Higuerita, Challao, Bravo, Carrera, Arroyo de Leyes, Cortaderita y muchos otros reputados como higiénicos y sólo aprovechables en verano.

Ejercicios. Un alumno hará en la pizarra mural un cuadro sinóptico de la presente lección.
Cuestionario. Clima de Mendoza. Temperatura. Lluvias. Nevadas. Vientos. El Zonda. Brisas andinas. Aguas minerales y baños. Clasificación de las aguas minerales. Fuentes que corresponden a cada grupo. Balnearios. «Puente del Inca». Descripción. «Cacheuta». Descripción. Villavicencio. Otros baños higiénicos.


Baulero: Eduardo Paganini
Lecciones de geografía de la Provincia de Mendoza: Obra arreglada al nuevo plan de estudios de las escuelas fiscales é ilustrada. Con vistas panorámicas de la Capital y de los Departamentos, Editores: Sesé, Larrañaga y Cia, calle 47 y 9, La Plata; B. Mitre 1180, Buenos Aires, 1907.

La Quinta Pata, 05 – 08 – 12

La Quinta Pata

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