A finales de enero del 2013 se desató una breve pero punzante polémica en torno a una medida tomada por la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFASCA) en relación con la disponibilidad de contenidos del Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentino (BACUA). Según se indica en su página web, esta entidad se constituye como “una red digitalizada de fácil acceso, sin fines de lucro, conformada por el material que aportan los diferentes actores del ámbito audiovisual de todas las regiones del país”.
A través de la Resolución 2368/12 publicada en el boletín oficial, el 21 de enero se reemplazó la norma que contemplaba que tanto el BACUA como el Centro de Producción e Investigación Audiovisual (CePIA) suministrarían de manera “excepcional” contenidos audiovisuales a los canales de televisión que por diferentes razones, principalmente económicas, no pudieran cumplir con la cuota de producción local independiente.
A través de la nueva normativa, AFSCA abrió la posibilidad de disponer sin restricciones de los contenidos del banco audiovisual de contenidos. Esto permitirá que los medianos y pequeños canales de televisión logren cumplir con la cuota de producción establecida en la ley con contenidos que cumplan estándares profesionales de calidad.
Si bien el sentido común indicaría que la decisión propone un avance para el desarrollo de medianos y pequeños medios, además de una divulgación sin precedentes de la producción nacional de contenidos, algunos sectores de la oposición no lo vieron de esa manera.
Esta resolución fue severamente cuestionada por distintos referentes opositores bajo el argumento de que no se trata más que de una forma de propagación ideológica del kirchnerismo en los medios de comunicación. A fuerza de este cuestionamiento, el diputado nacional Gustavo Ferrari del peronismo disidente, sostuvo que el gobierno con esta medida intenta establecer “un mensaje único, acorde con la política oficial, con el discurso o con el relato oficial”.
Por su parte, desde el radicalismo distintas voces se expresaron con premisas similares a la de sus pares disidentes. Ricardo Gil Lavedra, jefe del bloque del radicalismo en diputados, expresó que, según su entendimiento, el cambio de resolución establecido por la AFSCA “revela todo aquello que muchos temieron con la sanción de esta ley, que es el reemplazo del monopolio privado por el monopolio gubernamental".
Otro integrante del radicalismo que criticó la apertura de difusión del BACUA fue el senador mendocino Ernesto Sanz: “[El objetivo] no es buscar la democratización de la palabra ni de los contenidos sino el de imponer los contenidos del gobierno y generar un monopolio estatal para imponer todas las mentiras", dijo.
Frente al cuestionamiento de este último se alzaron un buen número de productores/as audiovisuales mendocinos/as, expresando su repudio a través de la difusión una nota pública contra los dichos del senador. Muchos de estos productores se ven afectados directamente por las declaraciones, ya que actualmente sus realizaciones integran el BACUA. Frente a este hecho, cabe recordar que Mendoza, durante los últimos años, ha tenido datos muy auspiciosos en lo que respecta a producción audiovisual.
En este sentido, según lo publicó oportunamente el diario
Los Andes , en enero de 2011 se dieron a conocer los resultados del concurso federal para TV, que tuvo como ganadores a 11 proyectos mendocinos. Los concursos se produjeron en el marco del “Plan de fomento a la producción de contenidos para la TV digital, pública y gratuita”, desarrollado en todo el país a través del INCAA.
A estos proyectos se suma la exitosa película de Gaspar Gómez
Road July que también contó con un subsidio del INCAA y fue proyectada dentro del circuito comercial, con una concurrencia de público sin precedentes para una producción local. Este hecho representa un hito en la historia de la producción cinematográfica contemporánea de la provincia. O, como en su momento bien lo señaló Leandro Suliá Leiton para la publicación digital
Mucha Merd , “luego de más de 50 años de llanura local en cuanto a producciones cinematográficas comerciales,
Road July aparece como la punta de una montaña de futuras posibilidades cinematográficas
made in Mendoza”.
Los contrargumentos
El BACUA representa un canal de difusión que era inexistente años atrás, que impacta directamente sobre un patrón cultural arrinconado frente a producciones extranjeras o, en su defecto, ante la industria
mainstream constituida por las grandes cadenas mediáticas del país, que dejaba a las televisoras regionales como meras repetidoras de dichos contenidos.
En realidad, la irritación de los productores mendocinos que cuestionaron severamente los dichos de Sanz tiene que ver con el hecho de que, luego de décadas de desentendimiento del estado en términos de fomento a la producción, actualmente se están llevando adelante políticas de incentivo al desarrollo de las industrias audiovisuales en el interior del país, que promueven la creación de fuentes de empleo como así también la profesionalización de este sector que históricamente ha estado concentrado en Buenos Aires.
Respecto al tenor ideológico de los contenidos acusado por el senador cuyano, los distintos productores y realizadores mendocinos increparon en su carta pública a Ernesto Sanz, preguntándole si antes de realizar tales sentencias había siquiera visto los contenidos realizados en Mendoza para sostener que se trata de producciones kirchneristas. La nota estuvo firmada por los realizadores y productores Cecilia Agüero, Rodrigo Sepúlveda, Cristian Pellegrini, Andrea Puebla, Alcides Juan Carlos Araya, Diego “Chino” Flores, Valeria Roig, Emilio González Martínez, Alexia Salguero y Noelia Nieto, y hasta el momento no ha sido contestada.
En el texto, los realizadores mendocinos se preguntan cuáles son las motivaciones que impulsaron al senador para realizar tales denuncias, claramente falaces. Por otra parte, también celebraron sin eufemismos la resolución establecida por AFSCA, “ya que viene a subsanar una reglamentación que impedía que estas producciones que retratan nuestras historias fueran vistas en nuestra provincia. Un paso adelante al que solo intereses mezquinos y contrarios al bien común se pueden oponer como los que defiende “nuestro” senador por la Unión Cívica Radical, doctor Ernesto Sanz”, sostuvieron.
Otra figura que salió al cruce de las críticas lanzadas por representantes de la oposición fue el titular de la AFSCA, Martín Sabbatella, quien indicó que "hablar de contenidos kirchneristas o de relato oficialista es una falta de respeto para los casi 100 jurados que intervinieron en la evaluación de más de 2.000 propuestas audiovisuales de realizadores de todo el país".
En realidad se trata de un jurado compuesto por 92 personalidades, entre las cuales se pueden contar guionistas, productores/as, directores/as, actores y actrices de reconocido prestigio. Estos evalúan los proyectos que son presentados ante concursos lanzados por el consejo asesor de la televisión digital abierta en conjunto con el INCAA.
Martín Becerra, docente de la Universidad Nacional de Quilmes e investigador de Conicet, a quien nadie puede tachar de kirchnerista, se sumó al debate y sostuvo, respecto de la resolución de la AFSCA, que "es razonable ir gradualmente ayudando a que se cumplan los porcentajes de producción local independiente previstos en la ley, y que esa dificultad es mayor en distritos pequeños y medianos, por la escala económica que requiere la producción de contenidos en localidades sin mercados grandes”.
El intelectual consideró que la resolución, en ese sentido, resultaba un atajo adecuado, aunque según su opinión “no debería aplicarse de ninguna manera en ciudades con más de 600.000 habitantes, porque allí los operadores tienen escala y deben asumir los riesgos de apostar a una programación diversa".
Para abril del 2011 el BACUA tenía 250 realizaciones y estaba a la espera de 420 horas de contenido en producción. Actualmente el banco cuenta con 400 obras audiovisuales financiadas por el estado que resumen 1120 horas de televisión, según indican los números oficiales. Un crecimiento incuestionable a menos de dos años de su creación, más allá de las improbadas críticas dirigidas contra su tenor ideológico realizadas por la oposición.
Edición Cuyo, 07 – 02 – 13
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