Dra. Perla Prigoshin
La CONSAVIG (Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género) hace conocer a la sociedad que repudia enérgicamente las expresiones vertidas por Miguel Del Sel, referente político del PRO en la provincia de Santa Fe, como también el modo en que otros integrantes de su partido han intentado minimizar y restar importancia a la actitud del mencionado.
Los dichos trascendidos han sido atribuidos a su perfil como humorista obviando considerar que sus palabras reproducen valores y un modo de conocer la realidad sesgada por prejuicios misóginos. Es pertinente destacar que semejantes dichos no pueden ser evaluados escindiendo al cómico del candidato en tanto estos constituyen manifestaciones de la subjetividad de Del Sel como persona, siendo indiferente en qué ámbito se encuentre. Con independencia del escenario y la máscara que porte, la CONSAVIG remarca que las expresiones que han tomado público conocimiento son merecedoras del máximo reproche social.
Con anterioridad numerosas organizaciones de la sociedad civil habían advertido hechos de violencia de género cometidos por el cómico. Por ejemplo, el caso del programa donde desvalorizaba a la modelo Karina Jelinek, lo expresado acerca del aumento de embarazos luego de la atribución de la Asignación Universal por Hijo a las embarazadas, o su apología del consumo de prostitución, que en esta ocasión vuelve a reiterar. En este marco es casi un desafío a la imaginación suponer cómo hubiera sido la implementación de campañas y medidas para prevenir, sancionar y erradicar la trata de personas si el cómico/político hubiera detentado el cargo de gobernador al que aspiraba.
Su actitud y la del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, no hacen más que develar el verdadero sentir de quienes, cada tanto, expresan su desprecio hacia las mujeres, a sus derechos y a la igualdad, imitando la conducta de los agresores, que arremeten y luego se disculpan, aunque no cesan en su conducta y la recrudecen, y lo que es aún peor, la naturalizan.
La *violencia simbólica*, que Miguel Del Sel perpetra y las autoridades del PRO comparten al minimizarla, está expresamente contemplada por la ley 26.485 como una conducta contraria a derecho y pasible de condena social.
¡Que el dictado de las urnas libre a las mujeres de ser gobernadas por semejantes personajes!
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