domingo, 10 de marzo de 2013

El legado de Chávez también debería discutirse en Argentina

Emilio Marín

El fallecimiento del presidente venezolano se convirtió en un tema de debate en muchos países, incluida Argentina. Aquí se comparte el dolor, salvo los canallas. Ojalá también se tome nota del legado bolivariano.

Empezando por algo que no es lo más importante, el cronista quiere subrayar que el fallecimiento de Hugo Chávez comprobó la necesidad de la ley de medios de la democracia, aún bloqueada por Clarín. Es que desde el 5 de marzo hubiera sido imprescindible que en los televisores de los argentinos que no pagan cable se pudiera ver Telesur las 24 horas. Y que la señal de la Televisión Pública llegara por aire a todo el país.

De todas maneras, en el enfrentamiento que el fallecido presidente tuvo con RCTV y Globovisión, además de los medios gráficos privados alineados con la SIP, y el de Cristina Fernández con el monopolio de Héctor Magneto, hay muchos puntos de coincidencia.

Esa amistad fue la que movilizó a la mandataria hasta la capilla ardiente de su amigo, amistad de la que nunca renegará, "le duela a quién le duela". ¿Y a quién le duele? Obviamente a las respectivas clases dominantes y adineradas, a los medios monopólicos mencionados, a los partidos de la derecha conservadora, destituyente y con antecedentes golpistas, y a las embajadas norteamericanas en Buenos Aires y Caracas.

A esos actores políticos nunca les gustó el vínculo entre los dos países. Y pusieron el grito en el cielo cuando el año pasado Venezuela se incorporó al Mercosur. En su sesgada opinión, Cristina era demasiado chavista...
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De allí que la valoración del bolivariano fallecido y de su gobierno sea un parteaguas de la política argentina. Cristina Fernández, lo reiteró en este periplo tan doloroso: "hombres como Chávez no mueren nunca. Vivirá en cada venezolano y venezolana que dejó de ser invisible y se tornó protagonista. Este hombre les abrió la cabeza. Ya nadie se las podrá cerrar".

La derecha, polo opuesto
Frente a esa valoración, se alzó la del polo opuesto. "Con todo respeto, esperamos que nosotros no sigamos nada de Hugo Chávez", expresó Mauricio Macri en un reportaje radial. Repugnante pero sincero el jefe de gobierno porteño. Él se precia de la amistad con José María Aznar, el español que propició en abril de 2002 el golpe de estado en Venezuela, felizmente abortado.

El del PRO no fue el único en dar rienda suelta a su antichavismo. El último candidato presidencial del FAP, Hermes Binner, también abominó del fallecido y admitió que él hubiera votado por Henrique Capriles en los comicios de octubre.

Esas posturas adversas al acercamiento de los dos países fueron alimentadas por los monopolios de la desinformación. TN, Clarín, La Nación y Perfil se recargaron de eso, con notas que calumniaban a Chávez cuando su cuerpo aún estaba caliente. Expresaron sus deseos de que ese país regresara a "cauces democráticos" y "superara el autoritarismo", como si el muerto hubiera sido la encarnación de ese mal.

Las explicaciones más venenosas sobre la "amistad inexplicable" con Chávez habrían obedecido a una mezcla de plata y amor. "Kirchner descubrió en Chávez a un presidente con la billetera bien cargada. Su esposa mezcló ese mismo deslumbramiento con las coincidencias ideológicas y el afecto personal", escribió Joaquín Morales Solá. Así quiso ensuciar tanto a Kirchner como a Cristina, pero sobre todo a esta; sin embargo, al dar un matiz salvador al ex presidente, interesado solo en el comercio, frente a su esposa, donde prevalecería lo ideológico, al final saldría esta mejor parada.

Ese sería el resultado de un análisis cuidadoso de las andanadas políticas de ese columnista; habría que ver si sus lectores hacen una lectura crítica o si repiten como el loro. El cronista tiene serias dudas sobre la capacidad de reflexión de ese círculo de lectores, cuyas mentes vuelven a ser atormentadas los lunes por TN y "Desde el llano".

Amigos de Techint
Hasta esos detractores de la relación con el chavismo deben reconocer que en medio del default, éste fue el único que prestó dinero: 5.000 millones de dólares. A lo sumo se quejan del interés cobrado, pero admiten que la ayuda existió y que los plazos de devolución fueron propios de amigos. Otro tanto con la llegada de combustibles fletados por Pdvsa para alimentar centrales eléctricas en coyunturas de ralentización energética.

Esos críticos filo-norteamericanos preferían que la cooperativa santafesino-cordobesa Sancor cayera en 2006 en poder del inversor George Soros, de Cresud. Y lamentaron el crédito de 80 millones de dólares concedido por Caracas, a pagar con productos lácteos. De paso, si Soros se llevaba puesta a Sancor, el mercado lácteo habría quedado repartido por multinacionales, con La Serenísima (de Mastellone y capitales franceses de Danone).

Se entiende mejor el enojo, diríase el odio, de los políticos, empresarios y medios que simpatizan con Soros, las consultoras de riesgos, Wall Street, los "fondos buitres" y el FMI.

Como Chávez expropió en 2008 a Sidor, la siderúrgica de Techint, y al año siguiente a otras tres firmas menores controladas por este grupo seudo argentino, se explica también que Paolo Rocca volcara a la Unión Industrial Argentina en una cruzada antichavista.

El presidencial Palacio de Miraflores adoptó esas medidas nacionalizadoras de la siderurgia, que ojalá tuvieran comprensión y aplicación creadoras en Argentina, precisamente contra Techint y Acindar, los dueños del acero. Pero que la confiscación de Chávez fuera "antiargentina" no tiene asidero, pues los Rocca depositaron los dólares de la indemnización en Luxemburgo, su sede a prueba de impuestos.

Amigos son los amigos
Mal que les pese a esos sectores, las relaciones con Venezuela han sido y son muy fructíferas para Argentina. Según Julio de Vido, se multiplicaron catorce veces entre 2003 y 2012, cuando llegaron a 1.500 millones de dólares, con saldo abrumador a favor de Buenos Aires.

Según informaciones no desmentidas, en 2012 ese monto se habría elevado hasta 2.200 millones de dólares y no solo por venta de alimentos, de amplio lugar entre lo vendido, sino también de productos e insumos industriales. La cordobesa fábrica de tractores Pauny, ex Zanello, de Las Varillas, exporta el 30 por ciento de su producción al país sudamericano, donde se ensambla. En Astilleros Río Santiago y Tandanor se sigue trabajando en barcos encargados por Chávez. Arsat está llevando a Venezuela el sistema de televisión TDA. Es de esperar que la YPF nacionalizada mejore el trabajo conjunto con PDVSA en las áreas adjudicadas en la Faja del Orinoco, que aparentemente con la poco menos que ficticia Enarsa no tuvieron buenos resultados.

La economía, el comercio y los acuerdos de inversiones marchan bien entre los dos socios y en esto tuvo mucho que ver el fallecido el 5 de marzo. CFK contó lo que le dijo su par Pepe Mujica en este viaje conjunto: "nunca vi un presidente más generoso que Chávez".

Sin embargo, la derecha argentina mantuvo su tono crítico hacia el bolivariano, algunos de sus integrantes ni se tomaron un respiro por el duelo de tres días decretado aquí. Sin rastro de humanidad, siguieron disparando contra un gran amigo del país, fallecido.

¿Lo rechazan por razones ideológicas? Sí, hay mucho de eso, lo que implica una contradicción en estos grupos de poder, de habituales lecturas economicistas de la política. Pero también hay razones de pesos. Techint, Clarín, la Bolsa de Comercio, los inversionistas, Soros, Repsol y otros, están convencidos de que volviendo al modelo neoliberal, en Caracas y Buenos Aires, sus negocios serán más brillantes.

El legado y contradicciones K
Se dijo que la presidenta ratificó su admiración por el fallecido colega. Y eso está muy bien, por lo menos para el cronista.

Pero junto con esos elogios sería bueno aprender, sin copiar, de algunos elementos del legado bolivariano, que pueden tener utilidad en la política local.

No se trata de pedirle a Cristina que adhiera al socialismo del siglo XXI, porque ella defiende un modelo capitalista productivo y con inclusión social. No comulga con el socialismo sino con un capitalismo "fifty-fifty", que nunca será igualitario, pues el 50% para la mayoría de los argentinos la dejará muy abajo del 50% apropiado por una minoría de capitalistas.

Sí se puede pedir la recuperación de palancas decisivas de la economía, que Caracas encaró y aquí no, caso de la siderurgia. ¿Alguna vez el gobierno cristinista re-estatizará Techint, al menos la planta de Somisa privatizada escandalosamente por el condenado Carlos Menem?

Ahora que hay tan buena onda con Nicolás Maduro, el presidente encargado de Venezuela y ex chofer de bus del Metro de Caracas, ¿podrá entrar en la agenda del oficialismo la reestatización del subte de Buenos Aires? El mismo fue entregado por el menemismo a la privada Metrovías-Roggio. Y recientemente fue transferido, aunque parezca increíble, por el PEN a Macri, quien resolvió aumentar el viaje a $3,50 a partir del 15 de marzo. Cualquier duda sobre un subte estatal, Maduro podría evacuarla...

El 1 de marzo Cristina aseguró que no se cambiará ninguna constitución. En eso se alejaba de su amigo a punto de morir, quien siempre mostraba orgulloso un ejemplar de bolsillo, azul, de la nueva constitución bolivariana.

La Arena, 10 – 03 – 13

La Quinta Pata

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