domingo, 25 de agosto de 2013

Blaquier al banquillo de los acusados

Évelin Torre

Finalmente se confirmó el procesamiento de Carlos Pedro Tadeo Blaquier y Alberto Enrique Lemos en el marco de una causa por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura.

El tribunal rechazó los recursos presentados por las defensas y ratificó un fallo del Juzgado Federal N° 2 de Jujuy, que había dictado el procesamiento de Blaquier en calidad de cómplice primario y de Lemos como partícipe secundario de los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada -en tres hechos- en perjuicio de Luis Ramón Aredez –primera detención-, Omar Claudio Gainza y Carlos Alberto Melián.

En este contexto, es oportuno recordar que el verdadero objetivo de la dictadura militar fue la instauración del proceso de concentración y centralización económica que favoreció a determinados grupos e implicó la desaparición de puestos de trabajo y la pérdida de los derechos laborales adquiridos por medio de la lucha durante todo el siglo XX.

Los grandes empresarios de la época, que se vieron favorecidos por el modelo económico instaurado, no solo fueron cómplices sino responsables directos del genocidio. Tal es el caso de las empresas Acindar, Mercedes Benz, Ford, Tensa, Astarsa, y la misma Ledesma, comandada por Blaquier, entre otras.
Blaquier ingresó a la empresa en 1952 y accedió a la presidencia en 1970. Bajo su dirección, la empresa creció a pasos agigantados, extendiéndose incluso a otros rubros.

Fue un ferviente defensor del modelo económico implantado por la dictadura y gran amigo de Martínez de Hoz, tal como se acredita en la carta que le envió en 1978, en la que expresa su “profunda admiración” por lo que se estaba haciendo por “la recuperación de la Argentina”.

A poco tiempo del golpe militar, la empresa comenzó a prestar su logística, mercenarios, instalaciones, automóviles, y sobre todo su “inteligencia” e información, para la realización de los “apagones”, que tuvieron lugar entre el 20 y el 27 de julio de 1976: desde las 22:00 y hasta las 6:00 del día siguiente se cortaba el suministro de energía eléctrica y en ese lapso decenas de trabajadores, estudiantes, amas de casa, sindicalistas y profesionales, eran secuestrados para ser torturados. Más de 400 víctimas tuvieron que soportar ese suplicio, más de 30 siguen desaparecidos. Entre los lugares de detención y castigo, estaba la sede del escuadrón 20 de gendarmería nacional, ubicado dentro del predio de la empresa Ledesma.

Lógicamente la empresa obtuvo sus réditos: logró terminar con las 6 horas por insalubridad y el descanso dominical, y avanzó con la polifunción, los turnos rotativos y el trabajo a destajo con el que somete a los cosecheros del citrus. El gremio fue desarticulado y se demolió su sede.

Lanzamiento de la campaña "Ford Genocida"

La semana pasada, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre lanzó la campaña "Ford genocida".

Las Filiales Mendoza y zona Sur de Mendoza (San Rafael, Malargüe y Gral. Alvear) adhieren a esta campaña y manifiestan su objetivo de dar a conocer al pueblo mendocino el papel genocida que cumplió esta empresa durante la dictadura. No es casual que el “Falcon verde” (Ford), haya sido un triste emblema de aquellos años de plomo, que dejaron al descubierto la esencia terrorista de aquella empresa.

Mendoza no escapó a este flagelo y tuvo que soportar rasgos similares, como lo hemos denunciado en más de una oportunidad y está claramente expresado en nuestro libro "El Terrorismo de Estado en Mendoza", una publicación de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre.

La Quinta Pata

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