domingo, 20 de octubre de 2013

Una matriz de construcción de la oposición política

Carlos Almenara

Uno de los temas medulares que todo teórico o analista político revisa en cualquier cultura política es el de los clivajes. Cuáles son las fracturas, las divisiones que cruzan la sociedad y, de ellas, cuáles son las más profundas, las que pueden “ordenar” el conjunto.

Un clivaje importante a mirar en los regímenes democráticos representativos es el de oficialismo/oposición. Lejos está de ser el único. Los hay muy disímiles, tantos como temas corten las sociedades. Por ejemplo, más o menos participación del Estado en el funcionamiento de la economía, a favor o en contra de la despenalización del aborto, en fin, tantos clivajes posibles como temas fuertes sean capaces establecer algún tipo de polarización.

Ricardo Forster habla de la “anomalía kirchnerista”. Es decir la irrupción de un proceso político de enorme potencial transformador progresista cuando las cartas de la historia parecían señalar otro devenir, cuando nada hacía “necesario” el surgimiento de un proyecto político semejante.

No es la única anomalía existente en el país. También está Clarín, un invento argentino.

Desde Maquiavelo, por lo menos, nadie sensato le pedirá a un partido o grupo que actúe en contra de su propio interés. Parte de la lógica del análisis, de la reflexión sobre sociedad y la política se estructura sobre este supuesto.

Es cierto que hay cuestiones problemáticas como la “alienación”, o la racionalidad o no racionalidad (emotividad, sensibilidad) de los comportamientos, que son nudos temáticos permanentes de las disciplinas antropológicas, pero ello no altera que, por regla general, ud. no espera un partido político que se haga “goles en contra”.

En Argentina hay Partidos políticos que se hacen goles en contra. ¿Cómo es ello posible?

Mi teoría es que el principal grupo mediático argentino instaló una matriz de construcción de oposición política. El grupo Clarín, reacio a cualquier condicionamiento democrático y legal, instaló como único modo de comportamiento político admisible para cualquier fuerza política no oficialista la oposición cerril y furibunda a toda iniciativa gubernamental. Forma parte de la conducta destituyente que iniciaron en 2008 y en la que no han cejado.

Resulta entonces que, en Mendoza, vemos que el Partido Socialista ha perdido virtualmente la totalidad de sus votos posibles a manos de Cobos ¿y qué hacen? Nada. ¿A quién critican? Al gobierno nacional. ¿Hablan de Cobos, cosa que les convendría porque él se está quedando con los votantes potenciales? Para nada. Hacen las paces con Cobos. El Partido Demócrata, lo mismo. Pero para eso hubieran ido en la misma lista. El sistema de las PASO facilita la solución a los problemas derivados del “reparto”.

Es decir, la otra gran anomalía argentina es que estas expresiones políticas están dispuestas a inmolarse en el altar de Clarín sin siquiera recibir limosna a cambio.

Por supuesto, este escrito intenta despabilar a algunos dirigentes políticos, porque muchas cosas se pueden discutir, lo que es seguro es que nadie podrá gobernar mientras Clarín diga qué es posible y qué no en Argentina.

Carlos Almenara
Solidaridad más Igualdad Mendoza


La Quinta Pata

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