domingo, 24 de noviembre de 2013

Cristina: cambios para afirmar el modelo

Ramón Ábalo

"Cambia, todo cambia.." dice por ahí una popular canción, que incluso tiene -seguro que sin quererlo- un matiz ideológico si nos atenemos, por ejemplo, al marxismo que explica desde la filosofía del materialismo dialéctico, que la realidad es cambiante, nada en el universo está estático. Y la compañera presidenta, después de 45 días en que fue intervenida quirúrgicamente y después su recuperación, trajo en su saber y entender -que no son pocos- algunos cambios que van a tender a profundizar el modelo, como lo afirmó la misma Cristina ese día en que reapareció para el beneplácito y la alegría de muchos, y los ceños fruncidos de otros, no muchos, pero poderosos. El equipo de Economía, con un ministro que es Axel Kicillof, expresa con mayor nitidez y expectativas de futuro lo que se espera, y al mismo tiempo en lo político al jefe de gabinete, Capitanich, dispuesto a hablar con Dios y con el Diablo, no vayan a decir después que no se quiere el diálogo.

Sin apuros, pero sin pausas, ambos menesteres, el económico y el político, ya dieron que hablar a los medios y a la llamada opinión pública. Kicillof ya dijo que se va a sacar más plata para el tesoro nacional de los bolsillos de los que más tienen, que es el caso de los compradores, como la Susanita, de autos de alta gama, algo más de un modesto Ford, Chevrolet o Toyota. Y de todos los que suelen tirar manteca al techo en burdeles y tiendas y joyerías de alta gama en tierras lejanas. El intento es para aplaudir y apoyar, como asimismo pedir, solicitar y exigir que ello se profundice en todas las áreas, en todos los aspectos donde la renta de la economía es el usufructo de unos pocos.

Y en política, también Capitanich hizo lo suyo, hablando con empresarios y dirigentes sindicales, en la búsqueda no solamente de consenso y armonía entre patronales y laburantes, algo que es más difícil, porque como ya lo hemos dicho, en este sistema capitalista en el que nos toca vivir y sufrir, la armonía de clases es una abstracción. Lo permanente es la lucha de clases. Pero nada se pierde con intentarlo, pero sí teniendo en cuenta que la fórmula es aquello que dijo Perón a los empresarios antes de las elecciones del 46: mejor es que les demos algo para que no nos quiten todo. Y ese algo ahora es mucho más que el de aquella vez, entonces con una clase trabajadora y otros sectores populares, relativamente organizados pero con ricas, es cierto, expresiones auténticas y legítimas de clase en el plano político, pero que fue cooptado por lo nuevo por venir. Este fenómeno se instala ahora pero con una dimensión de futuro que incluye, sin eufemismo ni idealismo, la lucha por la toma del poder popular. Claro, es como aquello del socialismo del siglo XXI que proclamara el gran Chávez, que no tiene un dogma ni un decálogo, porque es algo que tenemos que construir todos los pueblos de Latinoamérica en conjunto. Una construcción de todos los días. Y si "bien es claro el fortalecimiento de la derecha como quedó demostrado en las últimas elecciones, todavía el terreno es fértil para ir contra los intentos de restauración neoliberal. Hay que golpear en los engranajes del neoliberalismo y llevar adelante cambios estructurales que nos lleven del terreno de la distribución de ingresos al terreno de una franca distribución de la riqueza. Para mantener las conquistas e ir por más." (Periódico Propósitos, 7/XI/13)

La Quinta Pata

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