domingo, 12 de enero de 2014

Impunidad "científica" para represores

Roberto Vélez

Gómez Saá, el oficial de inteligencia nunca del todo retirado, zafó del juicio anterior por un "error" de procedimiento. Llama la atención tal error. El juzgado no lo notificó a su abogado De Casas. A propósito; en algunos papeles de la Justicia Federal local, he visto un apellido de una funcionaria de carrera que me recuerda un civil nazi integrante de grupos de extrema derecha en la década del 70 en Mendoza; Kletzke.

Setiembre, mes al que se postergó el juicio a solicitud de la defensa y con nuestro acuerdo, paso al 11 de noviembre.

El día que se iniciaba, curiosamente se enfermó; "síndrome" confusional.

Los peritos de la SCJN habían dicho que estaba en condiciones de enfrentar el juicio.

Luego dos profesoras de Ciencias Médicas, dijeron lo contrario.

Una de ellas Delia Nazar, me recuerda a otro nazi; Elías Nazar. Al parecer un tío no muy lejano.

Si en verdad estuviera enfermo, lo protege la normativa. Y corresponde el beneficio incluso a un criminal como el susodicho. Que al decir de Videla, jugó como oficial de inteligencia un rol esencial en los crímenes locales. Más de 200 asesinados y miles de torturados, apresados y perseguidos ha sido el balance. Del lado de ellos, uno o dos murieron. Una cacería siniestra protagonizada por cobardes que ahora no se atreven enfrentar un Jurado.

Tengo casi la certeza que estamos frente a una nueva maniobra.

Tiene un muy buen abogado.

Gómez Saá gozó de impunidad 40 años. Lo ha protegido una red de personas comprometidas por ideología y por acción; jueces, académicos, empresarios, (incluidos medios de prensa), uniformados, médicos, profesionales, etc.

Integra el jet set local y ha ofrecido como testigo hasta a Cafiero; el "prócer" justicialista que designo a Santuccione como jefe policial en Mendoza.

Dice en su descargo como el anterior que estuvieron en contra del golpe. Dicen ser algo así como peronistas. Lo curioso es que durante el 76 obtuvo las mejores calificaciones por sus tareas de inteligencia junto a Dopaso, su Jefe ya fallecido.

De modo que no estamos frente a un perejil. Estamos frente a uno de los responsables fundamentales de los crímenes de la dictadura cometidos en Mendoza.

No solo hay que recordar las acciones de la dictadura los 24 de marzo.

Hay que denunciar a sus protagonistas donde quiera que estén. Algunos todavía están en la estructura política estatal local.
La denuncia pública de sus nombres no logramos que se difunda: Burlot y Modriján por ejemplo.

No solo han actuado en Mendoza oficiales que viven en otras provincias. También lo han hecho comprovincianos vecinos nuestros. En este caso vive en 9 de Julio y Espejo desde hace añares.

No se trata de actuar con resentimientos.

Se trata de cumplir con nuestras responsabilidades frente a energúmenos que si tuvieran la posibilidad, volverían a actuar. Ellos y sus descendientes ideológicos.

Unos cuantos están en funcionamiento político hoy. Algunos son K.

Y debemos contribuir a que en el futuro circunstancias como la que vivimos no se repitan.

Para lo que se impone recordar. Y denunciarlos.

Todo está en la memoria.

Para que la condena social, frente a la impunidad judicial que ha protegido no casualmente a la mayoría de ellos, cumpla su papel.

La Quinta Pata

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