domingo, 12 de enero de 2014

La guerra de los tomates... y el pan

Agustín Sur

La bronca popular va en aumento a la par del aumento de los precios especulativos de toda la mercancía de la canasta familiar, del guardarropa, de la popu [i], de los reyes magos, del cole y la seño, del pucho y los tragos, y otras tantas necesidades que no mencionamos por respeto al pudor de los lectores, como ser el de los telos, tal me lo mencionaba hace unas semanas un amigo de esos que hacen alarde de conquistadores de cuantas minas[ii] se les acerca. Y decimos especulativos, lo remarcamos con rasgos imborrables de nuestra propia bronca, que no es existencial, por cierto [iii].

La joda es que no aparecen las soluciones, y ellas deben originarse desde los que nos gobiernan porque ahí están las herramientas y el poder. Pero también de nuestra propia iniciativa como pueblo que somos, simples mortales, proletas, los únicos que pagamos el pato, y como solía decir mi abuela Gaudiosa: "...muchacho, mi amigo Martín Fierro decía que ternero que no chilla no mama". Es lo que quiso decir la semana pasada en estas páginas el Negro Abalo, no solamente chillar sino también actuar, salir a la calle, protagonizar el control y el poder popular.

Mientras tanto, aparecen en el discurso de los capitostes oficiales, como el Capitanich, capo en la Rosada, diciendo que se van tomar medidas extremas, a tono con la especulación. Y dijo que si es necesario, por ejemplo, se va a importar tomate de Brasil. Y claro, se armó la bronca, pero la de los que sienten que les van a tocar el que te dije. Pero también, con justa bronca, los productores,más que nadie, los de estos pagos, donde el tomate también es rey de las huertas y los plantíos mayores.

Me acuerdo de que en el primer peronismo, allá por los años 50 y pico, la bebida de los pueblos fuertes había desaparecido de los boliches, de los viejos estaños, de los almacenes. Y de las mesas hogareñas. Era entonces el vino cualunque, el comunacho, a veces hecho con poco mosto aunque prensado a pata y ofrenda graciable de la pacha mama, como decía nuestro poeta el Armando. Y el gobierno nacional metió la mano dura a fondo. Y también en la canilla del agua potable. Porque la solución fue la de proclamar oficialmente "el estiramiento" del noble producto vitícola, y por varias chirolas menos. Que eran lo que hacían desde tiempos inmemoriales los bodegueros, pero por varias chirolas más. Y no solamente con agua, y me viene a la memoria lo que se hizo un dicho popular y dramáticamente irónico: "Muera contento...tome vino Firmamento". Y no era joda.

Al principio los que nos considerábamos religiosamente militantes y seguidores del dios Baco, nos declaramos en huelga vínica. Pero, como toda abstinencia, por ejemplo la amorosa, a la larga no queda más remedio que bailar con la más fea. Y haciendo de tripas corazón, le dimos nomás al "estiramiento" y las libaciones volvieron a la normalidad cuando los bodegueros se dieron cuenta que mejor es poner en los mostradores el brebaje de los pueblos fuertes, pero con no tanta "agua bendita".

Con esto del tomate está pasando lo mismo. Ni apenas el jefe de los ministros nacionales dijo lo que dijo, se armó la gran humareda, y al momento de estas líneas, al menos aquí en Mendoza, las amas de casa compran el tomate a $ 5 el kilo, el mismo verduleros que ofrece 5 melones a $ 10, otro que ofrece el paquete de 32 unidades de huevos a $ 30, otro el kilo de papa a $ 2, como asimismo el camote y asimismo los tres atados de acelga. En fin, la especulación hace lo suyo. Como respuesta, nosotros, los que remamos como popular y nacional pero desde abajo, debemos exigir a quienes corresponda que se meta la mano a fondo. No valen las medias tintas ni el diálogo si es para resignar posiciones con tal de quedar bien con dios y con el diablo, porque entonces en la mesa de los acuerdos, del diálogo, el diablo somos nosotros, desterrados, destituidos, desalojados, excluidos. Y entonces nos mandan al infierno.

Por los tomates...y por el pan demos la pelea.

[i]La pasión colectiva y criolla por el fútbol sólo se transpira desde la popular, desde la popu.

[ii] De un pueblo africano denominado Mina, hombres y mujeres provenientes de esa localidad se instalaron en un lugar de Brasil. Un convite galante y fiestero era para ir a lo de "las minas". En nuestro hablar cotidiano, proveniente del lunfardo se refiere también a lo femenino con un sentido sensual.

[iii] Bronca activa, no pasiva.

La Quinta Pata

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