domingo, 9 de febrero de 2014

Especulación destituyente: ¿Qué hacer?

Ramón Ábalo

El aumento de los precios es una espiral inflacionaria que refleja dos aspectos claves de la cuestión: por un lado, constituye una política de los sectores enemigos del gobierno para destituirlo, derrocarlo. Y, por otra, las respuestas del gobierno para frenar el intento. ¿Y qué hace? Es el problema que seguramente tiene en vigilia a Casa Rosada, aunque algunas decisiones dan para elucubrar el porqué de ellas, si responden en el plano teórico y concreto a lo visible del hostigamiento del poder económico, financiero y mediático, y cambiar el rumbo de la economía con inclusión social, que es la línea de acción, todavía, del gobierno nacional, del kirchnerismo.

"¿Qué hacer?" es el título de una las obras teóricas claves de Lenin, aparecida entre el 1901 y 1902, cuando ya la lucha de clases en la Rusia zarista era por la toma del poder del proletariado, clase que representaban los desvelos revolucionarios de los bolcheviques liderados por Lenin. Y apuntaba como sectores reaccionarios al interior de los revolucionarios a los que acotaban la lucha en el economicismo, es decir, a la lucha por el salario y las condiciones del trabajo. Y claro, el kirchnerismo no es revolucionario, pero en el intento de la gobernabilidad ha puesto en la escena institucional, económica y social, algunas transformaciones de fondo de las estructuras del Estado. Todo en el marco de un Estado burgués y de lo que se tiene como keynesismo, que es también una aproximación al peronismo primero. Concretamente, ese peronismo con Perón de los 45 al 55, hizo transformaciones de fondo y como eje fue la inclusión social y la industrialización. Keynesismo, populismo, y revolución democrático burguesa se lo ha denominado, se lo ha ensalzado y se lo ha satanizado. Es lo parecido del kirchnerismo.

En principio la especulación cambiaria, la del dólar, ha sido contenida, con lo que el gobierno ha parado a las bestias, cada vez más peligrosas en la medida que vienen -o venían- perdiendo terreno en lo político. Fue un golpe financiero para desestabilizar, un objetivo desde siempre del establishment. Y también logró un acuerdo para el control de precios de los artículos de primera necesidad, con los supermercados, y acuerdos similares con otras cadenas de valores, tales los insumos para la construcción, por ejemplo. Pero al acuerdo sólo lo cumple el gobierno y lo padecen agudamente los consumidores, el pueblo en general. Un economista decía en Página 12: "Control o acuerdo, los precios siempre son una punta de fuga, el agujero que desagota el salario. El problema es el mismo pero los remedios cambian. El aumento de precios es y ha sido un instrumento para aumentar ganancias, bajando la capacidad adquisitiva del salario...el gobierno optó por un acuerdo en vez del control". Y en esto ya no se parece a aquel peronismo primero.

Y entonces ¿qué hacer? No se trata de responder como Lenin, o se la revolución proletaria. Pero sí algo de aquel peronismo, el monopolio por parte del Estado del comercio exterior mediante lo que fue el IAPI (Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio), una conjunción de las Junta Nacional de Granos y Junta Nacional de Carnes, como asimismo otras medidas similares, incluso en el sector vitivinícola. Paradojalmente, esas herramientas de control y monopolio de la renta agrícola-ganadera tiene origen en el gobierno de Roca, el del "fraude patriótico", para hacer frente a la crisis del 30.

Y algo más que hizo Perón, como también, diez años después, Salvador Allende en el Chile socialista. Aquel para imponer el control de precios y el monopolio de la renta agraria, lo impuso con la policía y los sindicatos. Y Allende con los carabineros y las Juntas de Abastecimiento Popular.

Más de un especulador fue preso.


La Quinta Pata

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