Alfredo Saavedra
Las Olimpiadas de Invierno en la localidad de Sochi, Rusia, fueron inauguradas este viernes con una ceremonia esplendorosa que se particularizó por una presentación en que la magia de la luz y del color dio un impresionante espectáculo que trascendió todo lo visto hasta ahora en esa clase de eventos, superando de manera superlativa a lo visto con motivo de los juegos olímpicos de Beijin, hace cinco años, caracterizados por su novedosa presentación nunca antes vista.
No obstante que la prensa norteamericana (Estados Unidos y Canadá) en particular, se esforzó por hacer de su participación en el terreno informativo, un suceso rodeado de enigmas en especial por el estado de alarma con los atentados terroristas previos a la realización del evento, en lo que se vio la velada intención de disminuirles su importancia dentro de una muy embozada conspiración en la que se pudo advertir el carácter de velado antagonismo contra la nación madre del bloque soviético, desarticulado a principios de la década de 1990.
Los periodistas de las mencionadas naciones, en especial los que andan en la mediana edad (por no decir edad media), formados en los años de la postguerra, dentro del periodo de la llamada guerra fría, cuando se dio el furibundo antagonismo contra la Unión Soviética, fueron herederos del pensamiento anticomunista de sus progenitores que, con el patrón ideológico de sus gobiernos, los formaron (o deformaron) con una apasionada posición de aversión al sistema socialista imperante, en esa época, en los países del bloque soviético.
Se creó de esa manera una forma de conciencia subordinada a la ideología del sistema, esforzado en arruinar toda intención de ver en el socialismo un proceso de transformación en servicio de la sociedad. El capitalismo por medio una muy bien organizada maquinaria de propaganda, penetró el sistema educativo no solo escolástico sino de ambientación hogareña, para que la juventud “tomara conciencia” de lo “perverso” que era el “comunismo”, dentro de un proyecto que, extendido a todo el entorno geográfico abarcable por el imperialismo, dio como resultado el origen de toda una generación aliada con el propósito fundamental del marco capitalista, de desprestigiar incluso con groseras mentiras, al sistema socialista.
Fruto de ese siniestro propósito fue la generación que convertida ahora en la protagonista del desarrollo en sus naciones, tiene capacidad de decisión que incluye su rol dentro del campo de la comunicación, que con los avances tecnológicos de que posee y, en particular, los conocimientos de los métodos de formación de opinión, participa con eficacia en la manipulación de los procesos informativos ya sea por mandato laboral o por la convicción de que se realizan dentro del marco de cumplir con su deber de informar con objetividad, lo cual los exonera de cualquier sospecha de actuaciones incompatibles con la honestidad.
Previo a la realización de estas olimpiadas, en el marco de informar sobre el aspecto físico del área de las instalaciones deportivas, se procedió a dar información sobre el pasado del territorio y de la composición social de su población y no desperdiciaron oportunidad para con una habilidad muy profesional destacar que la situación durante el proceso socialista no fue mejor que la actual, lo que no deja duda de que la prensa de esos países sigue viendo a Rusia como una nación en desventaja con respecto a las de su origen, o en otro caso, tal vez el principal, el temor a la eventual hegemonía de esa nación sobre las demás del mundo.
Cierto que el aspecto de la amenaza del terrorismo islámico, tuvo por necesidad que ser un tópico de la prensa visitante, pero de forma disimulada se dejaba entrever la intención de dejar en los propuestos turistas o asistentes, la impresión de los presuntos riesgos que podrían correr con asistir en esas condiciones a las olimpiadas. Pero por fortuna el aparato de seguridad montado por el gobierno infundió confianza en los atletas participantes y en el público, para estar en el evento, que se ha presentado en su inauguración con un éxito deslumbrador.
Al suponer que el espectáculo de esa inauguración fue visto por millones de personas, que incluye a los lectores de nuestra publicación, demás esta una descripción de ese evento, que trascendió toda posibilidad de hacer grafica la belleza de su desarrollo, con millares de participantes, que dieron una muestrea de su gran capacidad artística, lo cual hizo rememorar los tiempos felices de la Rusia de la Unión Soviética, cuando las artes florecieron en todo su esplendor. Una multitudinaria constelación de practicantes del ensoñador arte del ballet, dio una actuación estelar, que no deja dudas de la supremacía existente del arte ruso, con respecto de las naciones que le puedan negar esa maravillosa forma de participar en el desarrollo de su nación, que ojala algún día vuelva a desempeñarse en el rol socialista que tuvo en su deslumbrante pasado.
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