domingo, 23 de marzo de 2014

Gómez Saá: a 38 años de los crímenes, impunidad para la “inteligencia”

Roberto Vélez, querellante del genocida Gómez Saa.
Roberto Velez

“Usted invoca una guerra que solo existió en sus cabezas para justificar un genocidio.
¿No le parece muy desproporcionado que en nuestra provincia se ejecutaran a 250 personas, sin que del lado de ustedes hubiera baja alguna?
Ustedes son criminales. Y cínicos. Valientes para enfrentar gente desarmada, chicos, ancianos y mujeres.
De la calaña de los Astiz. Torturadores y cobardes…
Y aunque sabemos que no puede esperarse peras de un olmo, lo desafío a que hable. Y confiese sus delitos. De lo contrario, como hasta hoy, será solo un criminal indultado. Al que como tal, muy pocos le creen.
Aunque disfrute de los beneficios de la libertad, usted está sentenciado por sus fantasmas”
Carta Abierta a Gómez Saa (8.5.2001)


El segundo jefe de inteligencia del ejército durante la más dura época de la represión de la dictadura en Mendoza, ha evitado durante 40 años el castigo por sus crímenes.

La impunidad generada por las cúpulas de los partidos tradicionales, lo permitió durante una larga etapa. En ésta, zafó del anterior juicio porque alguien en el juzgado federal omitió notificar a su abogado.

Cuando debía realizarse, su defensor invocó una reunión internacional y solicitó se postergara para noviembre pasado. Nos allanamos.

El 11 de noviembre no se hizo presente. El “inteligente” oficial se había enfermado.

Según la Dra. Maria Cecilia Solchaga del Hospital Español, un “síndrome confusional” en tiempos de Milani, lo afectaba.

La Facultad de Ciencias Médicas, alguno de cuyos antecedentes históricos nada garantiza, a través de las Dras. Delia Nazar y Maria Gorra, (diciembre del 2013) se pronunció afirmando que no estaba en condiciones de participar en un juicio. Aducen “estado mental alterado” y “dolencias graves”. El perito de parte, Florencio Reboredo, su yerno, no podía sino coincidir con el dictamen.

Paradójicamente en el mes de agosto (dos meses antes) el cuerpo médico forense de la SCJN había afirmado que Gómez Saa podía “cumplir… con las obligaciones legales”; ya que “las facultades mentales del causante… se encuadran dentro de la normalidad”. Y porque se encontraba “en buenas condiciones físicas”.

Hoy 23 de marzo Los Andes publica en los avisos fúnebres el fallecimiento de Rodolfo Calvo; dirigente desarrollista local. Entre los que manifiestan su dolor figuran Esteban Onofri y Angel Cirasino; colaboradores de la dictadura. Pero también el Tcnl. (R) Enrique Blas Gómez. Que evidencia que su síndrome confusional, es al menos selectivo.

Lo cierto es que el 12 de febrero el Tribunal suspendió el trámite de la causa con relación a Enrique Blas Gómez Saa.

En el proceso el represor había solicitado que, entre otros, Bordón y Cafiero atestiguaran a su favor. Lo que se corresponde con el rol represor del segundo durante el terrorismo con apoyo estatal. Vía Nicolás Becerra. Que fueron quienes designaron a Santuccione jefe de policía.

De sus vínculos políticos, periodísticos, empresariales, judiciales, profesionales, universitarios, etc., deviene la impunidad.

Se trata de un alto jefe militar que actuaba en inteligencia. Era el segundo Jefe de Dopaso a cargo del G2. Quien lo calificó con 10 por su actuación represiva en el 76.

Uno de mis torturadores se llamaba Pajella. Era un Sargento del Ejército que actuaba con energúmenos de todas las fuerzas; incluido Cardello de la Federal. Todos bajo las órdenes de un tal Garcia; oficial aeronáutico que luego murió en Malvinas.

El jefe inmediato de Pajella era Gómez Saa. Que intervino en todas las torturas, persecuciones, saqueos, bombas, asesinatos y desapariciones que se produjeron durante su gestión.

Además de haber jugado un rol fundamental en la Universidad persiguiendo a centenares de integrantes de sus claustros.

Ejerció en el claustro docente de la Facultad de Ciencias Políticas (1976/1979) y en la Escuela Superior de Periodismo (1969-1970 y 1976-77).

Ya en democracia y desde el movimiento estudiantil, Luciano Sisti, Ana Laura Touza, Carlos Hernández, Juan Pablo Politti, Alfredo Cornejo, Susana Horn y Leonardo Diaz lo impugnaron para que no ejerciera cátedras.

Los títulos de alguno de sus libelos nos indican su catadura; “Acción sicológica comunista en América Latina”-1968, “Visión geopolítica de la agresión castrista en América Latina”-1969, ”Acción sicológica y guerra revolucionaria”-1969, “Democracia y subversión”-1981.

Estos y otros antecedentes por el estilo lo habilitaron en el año 1979 para ejercer docencia en la materia guerra subversiva en la escuela nacional de Inteligencia y en 1979 en el Colegio Militar de la Nación.

Obtuvo en el Ejército no casualmente, 100 puntos de calificación los años 1976, 1977 y 1979. Desempeño que se contradice con aquella declaración suya de 1986: “mis intimas convicciones ciudadanas no concordaban con el llamado proceso de reorganización nacional”.

Para Videla, la guerra contrarrevolucionaria fue fundamentalmente una guerra de inteligencia que actuó siempre en secreto.”en esas circunstancias… el problema de la inteligencia cobró un gran protagonismo”. (Reato-Disposición Final).

La clave fue la información y el método el interrogatorio.

No casualmente el General Martínez, brazo derecho de Videla, a quien se le atribuye el diseño del plan golpista y del aparato represivo nacional, desde la poderosa Jefatura II de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército, coordinaba la COMUNIDAD INFORMATIVA. De la que todos los “inteligentes” y los no tanto, dependían. También los de la Universidad Nacional de Cuyo.

“Rectores” y “Decanos” eran lacayos del poder dictatorial: Santos Martínez y Zuleta Álvarez entre otros.

El Vice Comodoro Dr. Hugo Crespín y el SM (R) Sebastián Ramos integraban entre otros el ENLACE TECNICO COMUNICACIÓN SOCIAL. En otros términos los servicios de inteligencia de la UNCuyo.

Gómez Saa jugó un rol fundamental en la persecución política de centenares de integrantes de los claustros universitarios.

Muchos de los cuales fueron sancionados, torturados, apresados y asesinados.

Hoy, los dictámenes de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo están posibilitando la impunidad de un represor con todas las letras.

Sería conveniente recordarles a unos cuantos, que los testimonios falsos son castigados por el Código Penal.

Para que efectivamente nunca más, en la UNCuyo no debieran tener lugar ni cómplices de las dictaduras (MILLIA), ni sus reivindicadores académicos (CUETO).

Ambos encumbrados hoy en el Rectorado, merced a la complicidad de las derechas políticas.

La Quinta Pata

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