domingo, 9 de marzo de 2014

Jóvenes de la oposición en Venezuela asociados a organizaciones neonazis

Alfredo Saavedra

Adiestrados en prácticas terroristas dirigidas a destruir la revolución bolivariana instituida por el extinto presidente de Venezuela, Hugo Chávez, jóvenes de ese país figuran en la vanguardia de las protestas que buscan el derrocamiento del presidente Nicolás Maduro, mediante formas de violencia asimiladas de movimientos radicales de derecha en otros países, de acuerdo con artículo del columnista Luis Hernández Navarro, del diario La Jornada, de México.

Una de las cabezas de ese núcleo de jóvenes pro fascistas es Lorent Saleh, quien dirige la organización denominada Operación Libertad que, según la nota citada, ubica al “castro-comunismo” como el enemigo principal de Venezuela. Saleh, aunque no tiene empleo conocido y quien abandonó las aulas en sus estudios de comercio exterior ya hace tiempo, viaja por América Latina en misión de desprestigio para con el gobierno de Maduro. Se cree que recibe financiamiento del exterior para costear esa misión. Se le vincula a ese dirigente de las protestas de Caracas en contra del gobierno venezolano, a la Alianza Nacionalista por la Libertad y a la llamada Tercera Fuerza, organizaciones de declarada formación neonazi, según fue publicado en El Espectador.

Otra dirigente de las protestas en contra del gobierno, es Vanesa Eisig, estudiante de comunicación en la Universidad Andrés Bello y quien se declara decidida enemiga del régimen. Vanesa es militante del movimiento denominado Juventud Activa Venezuela Unida, JAVU, una organización de resistencia en contra del socialismo, según su propia declaración.

JAVU que impulsa la iniciativa Operación Libertad, ha desempeñado un papel relevante en los actuales disturbios que se viven en Venezuela, conforme lo apunta la nota de Hernández Navarro, quien agrega que JAVU está inspirada y tiene estrecha relación con OTPOR, un movimiento estudiantil creado en Serbia para remover al presidente Slobodan Milosevic en el año 2000. OTPOR, lo apunta el columnista, recibió financiamiento de agencias gubernamentales estadounidenses, por lo que se cree que en la actualidad haya movimiento de fondos de esa proveniencia para financiar las protestas en Venezuela.

Se informa que la cabeza de la mencionada organización internacional es Gene Sharp, un pensador que aunque reivindica la acción no violenta para derrocar gobiernos sus seguidores no necesariamente siguen su consejo. El mencionado Sharp fundó el instituto Albert Einsten, patrocinador de las revoluciones de colores en países no afines a los intereses de la OTAN y Washington, por lo que es de suponer que tenga la misma orientación en su vinculación con las protestas en Venezuela.

Como lo dijo Marialvec Olivares, militante del grupo de extrema derecha JAVU, “Las organizaciones internacionales que nos están apoyando en este momento, siempre han estado de la mano con nosotros, no solamente en cuestiones de protesta, sino cuestiones de formación y nosotros, como siempre, hemos estado de la mano. No nos da vergüenza, no nos da miedo decirlo”. Indica el columnista Hernández Navarro que diversas fundaciones de Estados Unidos han financiado abiertamente a los disidentes venezolanos, que han contado también con el apoyo del Partido Popular de España, y la organización juvenil de Silvio Berlusconi, en Italia, ambas entidades de derecha.

Menciona la información que “otra estrella rutilante” de la oposición es el joven abogado Yon Goicochea, quien estudia ahora en la Universidad de Columbia y quien recibió el premio Milton Friedman, dotado con medio millón de dólares, por su lucha contra el gobierno de Hugo Chávez. Otro dirigente estudiantil de oposición ha sido Nixon Moreno, antiguo estudiante de ciencias políticas y quien tras de haber violado a una joven huyó de Venezuela para refugiarse en Panamá. Todos esos jóvenes marchan codo a codo con políticos de la derecha radical como Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledesma, dice la información.

Sin embargo, se apunta, todos esos jóvenes opositores a la revolución bolivariana, no despiertan simpatía ni solidaridad en la juventud de Latinoamérica y por el contrario, suscitan desconfianza y repudio. Y eso está bien porque la juventud latinoamericana ha tenido siempre una gran vocación por la libertad y la justicia y un desdén absoluto por las dictaduras de derecha tan nefastas en el continente.

La Quinta Pata

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