Alfredo Saavedra
El repudiable incidente atribuido a simpatizantes del gobierno venezolano, que culminó con el despojamiento de las ropas de un hombre participante en las protestas de la oposición en Caracas, dio lugar a una masiva obscena exhibición de supuestos adherentes a los desórdenes provocados en esa capital en busca de la desestabilización del régimen democrático presidido por Nicolás Maduro e iniciado por el extinto presidente Hugo Chávez.
La respuesta al atropello a ese ciudadano, humillado al quedar sin ropas en la vía pública, ha desembocado en una acción a través del sistema del “Facebook” del Internet, que se ha manifestado con la exhibición de cuerpos desnudos de quienes pretenden de esa forma expresar su repudio al acto ya mencionado. Miles de fotos de hombres y mujeres totalmente desnudos exponiendo sus genitales se han colocado en el citado sistema, en lo que al parecer es más bien una desordenada participación, que aunque instigada por la oposición, tiene la participación multitudinaria de gente perversa que de esa forma desahoga instintos malsanos con un pretexto del cual hasta es probable que ignoren su origen.
La oportunidad les ha venido de perlas a los alborotadores que no tienen vela en ningún entierro y que lo mismo les da “verde que maduro”, contentos de entrar de rompe y rasga en los desórdenes, y entonces prestos a la malacrianza se unen a una revuelta de mal gusto exhibiendo su pobreza de civismo en desafío a normas convencionales de decencia. Siempre ha sido así, en las masas debido a carencias culturales o por rencores reprimidos hay una turba que encuentra en todo tiempo y por cualquier motivo, donde dar suelta a emociones restringidas y que se expresan en casos extremos con tendencias destructivas y en la situación actual con el desnudismo, una abierta determinación de ofender o armar escándalo lo cual, como se ve, no tiene justificación política sino de miserable exposición humana.
El suceso ha sido destacado de manera tendenciosa por los medios de la televisión en español de los Estados Unidos, propiedad del exilio cubano anti-castrista, con desempeño sin profesionalidad y que transmiten desde el denominado basurero de Miami. Con la difusión de ese hecho los responsables de esos medios caen en delito pues la exposición al desnudo con fines maliciosos en Norteamérica es ilícita pues en términos legales implica un atentado sexual.
Pero independiente de las connotaciones éticas y judiciales que pueda tener esa acción, resulta un acto reñido con la estética pues la manifestación de la desnudez de esos infelices, se convierte en una deplorable exhibición, pues se trata de individuos con humanidades que mejor fueran presentadas para un estudio de la antropología o la ciencia médica, para examinar las deformidades que caracterizan al patrón de los expuestos.
La mencionada televisión anti-castrista informó que la actriz en desgracia Concha Alonso, conocida por su inveterada posición derechista, se había unido a la protesta de los “desnudos” exhibiéndose empelotada, que si lo hubiera hecho hace 50 años, cuando tenía veinte, hubiese sido una expectante novedad pero ahora decrépita, la pobre no se hace ningún favor y con su foto al desnudo en lugar de dar prestancia a su figura lo que da es lástima. En fin, que viva el desnudo en la vida, pero el que la enaltece no el que la degrada.
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