domingo, 1 de junio de 2014

Boudou: linchamiento mediático

Carlos Almenara

Asistimos desde el viernes 30 de mayo a una campaña de linchamiento mediático con proyecciones. Nuevamente el grupo Clarín ataca la democracia de modo desembozado.

Un esquema de hostigamiento sistemático en cabeza de un funcionario de máximo nivel de responsabilidad.

¿De qué se trata?

El jueves 29 el “periodista” Lanata llamó a agredir a los hijos de los jueces a cargo de la causa. Al día siguiente Boudou fue llamado a indagatoria. Pero no fue llamado para el día siguiente sino para dentro de un mes y medio, es decir para darle tiempo a Clarín de “trabajar” y para garantizarle tema para los días posteriores al mundial de futbol. Es decir tener bien cocinadita la creación de clima.

Rectifiquemos las caras. Donde aparece la cara de Lanata (me esfuerzo mucho para no adjetivar a este personaje) se debe ver la cara de Magnetto. Donde aparece la cara de Bonelli, de Alfano, de Castro, de Suar y del conjunto de los empleados del grupo se debe ver la cara de Magnetto.

Es decir, acá no está en juego ningún prurito institucional, ninguna preocupación por la honestidad de los funcionarios, ninguna cuestión profesional que incumba a la deontología periodística. Acá hay, otra vez, un funcionamiento de una máquina semiótica golpista. Una máquina que esconde el procesamiento de Macri pero dedica su cadena de “programas especiales” (una especie de cadena nacional privada) a la indagatoria del vicepresidente.

Los opositores que sirven de claque de esto son también rehenes de un sistema que los tiene como meros peones (con consentimiento).

Como he dicho en otras ocasiones, no hay otra cosa de qué hablar. Este grupo genocida, este grupo que tiene cuentas pendientes con la justicia reparatoria de los delitos de lesa humanidad, este grupo que presiona para que esas causas sigan dormidas (y tiene éxito en esa presión), este grupo envenena el aire, contamina el lenguaje de cualquier discusión posible.

Un ciudadano bienpensante que diga ahora: me preocupa saber la verdad del caso Boudou, por ejemplo, reproduce la agenda de la desestabilización, que, coherentemente sirve para opacar la política.

Nuestra democracia no debe admitir las barbaridades de los empleados de este grupo cuando incitan al delito o extorsionan. Urge desarmar este aparato demoníaco y los funcionarios responsables de hacerles cumplir la Ley deben dar cuenta de su acción al respecto. No atravesamos ningún enfrentamiento entre el Gobierno y Clarín, lo que sufrimos es un persistente y sistemático ataque de Clarín a la población y a la democracia.

La Quinta Pata

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